¿Por qué invertir en la formación de tus empleados? Beneficios y rentabilidad

La inversión en formación y desarrollo de los empleados se ha convertido en una apuesta segura para aumentar la productividad y el bienestar de las organizaciones. El 73% de las empresas españolas prefiere invertir en la formación y desarrollo de su plantilla antes que contratar a alguien nuevo… Será por algo, ¿no?

A continuación, te contamos las razones por las que toda compañía debería apostar por la formación de sus empleados, cómo hacerlo y los pasos para calcular la rentabilidad de esta inversión.

Puede que todavía muchos responsables de compañías sean reacios a invertir en formación y desarrollo de los empleados. Quizá algunos crean que “hay cosas más importantes primero” y otros que “no es tan necesario”. Pero déjanos decirte que apostar por la formación de tus trabajadores es una de las mejores elecciones para tu compañía. ¿Por qué? Te lo contamos a continuación…

Adaptación a cambios continuos: el impacto de la pandemia y teletrabajo

La formación continua siempre ha sido beneficiosa, pero más si cabe hoy en día.  Las nuevas tecnologías y nuestro ritmo de vida nos han llevado a tener que adaptarnos a nuevas aplicaciones, funcionalidades y formas de trabajar casi cada día. Es por ello que, no sirve conformarse con lo que aprendimos en la universidad, sino que debemos actualizarnos y formarnos continuamente para estar al día.

CoachHub, la plataforma de coaching digital líder en el mundo, realizó una encuesta internacional a 2.472 directivos encargados de la formación y el desarrollo de sus empresas. En esta encuesta se concluyó que la pandemia también ha impactado en la formación.

Por un lado, el 80% de los encuestados afirma que la necesidad de formación es mayor ahora y, por otro lado, se han modificado las tendencias de aprendizaje: el 55% de las compañías aseguró que se habían impartido formaciones adicionales centradas en el trabajo en remoto.

6 motivos por los que formar a tus empleados

1. Aumenta la motivación y el sentimiento de pertenencia

Si un trabajador siente que su empresa le valora, este estará más motivado y comprometido con el objetivo de la organización.

2. Incrementa la productividad

Una cosa lleva a la otra. La mayor motivación por parte de los trabajadores acabará resultando en un incremento de su productividad y también la de la empresa. Esto hará que el éxito sea mayor y se verá reflejado en una mayor competitividad empresarial.

3. Mayor autonomía

Un empleado con nuevos conocimientos y capacidades es más autónomo y podemos delegar en él funciones sin la obligación de una supervisión continúa. Triunfarás como responsable si consigues que tus empleados sean capaces de llevar a cabo sus tareas y estar tranquilo de que lo harán bien.

4. Mejor cultura empresarial y retención de talento

Una compañía que apuesta por la formación para sus empleados gana prestigio y resulta más atractiva tanto para trabajadores nuevos como actuales. Esto se convierte en un modo de atraer y retener el talento de la empresa.

5. Disminuye la sensación de estancamiento

Gracias a la inversión en formación, evitamos que los trabajadores caigan en la rutina de llevar a cabo siempre el mismo trabajo. El aprendizaje brinda la oportunidad de descubrir nuevas áreas de la empresa donde realizar el trabajo.

6. Reduce los gastos

La formación conlleva a una menor rotación de los empleados, mayor compromiso con la empresa por parte de los empleados y mejor rendimiento de las funciones. Todo esto se traduce en menores gastos y aumento de ingresos.

¿Cómo medir el Retorno de la Inversión en formación?

El último motivo que acabamos de ver, es precisamente el que asusta a muchas compañías. Quizá la palabra “gasto” ahuyenta, pero a medio y largo plazo se trata de una inversión muy rentable.

Otra de los aspectos por los que esta inversión puede no resultar del todo atractiva para los responsables, es la dificultad de convertir en tangible el valor de la formación y medir la utilidad de esta en términos económicos. Aquí es importante tener presente que la formación se entiende como una inversión y no como un gasto.

Y, por tanto, como toda inversión, siempre hay una posibilidad de medir su rentabilidad. Es decir, calcular el ROI o Retorno de la Inversión. Podemos definir el ROI en Formación, como el beneficio que recibe una organización a través de la inversión que realiza para desarrollar el talento de sus trabajadores, formarles y capacitarles.

Para ello, lo primero que debemos hacer es establecer los costes y beneficios que ha generado la inversión en formación en la empresa.

Costes

• Costes directos: materiales entregados, formadores/as, espacios utilizados, etc.
• Costes indirectos: dirección, coordinación y gestión de la formación, salarios de participantes durante la formación, comunicaciones…
• Costes de estructura: costes generales de la empresa, en su parte proporcional, como luz, agua…

Beneficios

En este caso, el cálculo de los beneficios generados tras la formación de los empleados es algo más complejo de calcular, ya que los resultados se miden con indicadores, tanto cualitativos como cuantitativos, asociados a los objetivos establecidos previamente cuando la empresa decide llevar a cabo la formación.

Por tanto, antes de comenzar la inversión en desarrollo, deberemos marcarnos los objetivos a cumplir y con qué indicadores los vamos a medir: aumento de ventas, disminución de errores, reducción del tiempo dedicado a cada tarea, satisfacción del cliente, eficiencia, bienestar del trabajador, etc.

Fórmula de Rentabilidad

Una vez que identificados los costes y los beneficios, el último paso es calcular la rentabilidad, es decir, el Retorno de la Inversión o ROI en formación.

 

ROI = (Beneficios totales – Costes totales) / costes totales * 100

 

Si el resultado de la fórmula es superior al 100%, entonces el programa de capacitación se puede considerar un éxito y es rentable para la compaña.

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